jueves, 28 de marzo de 2013

La Adrada (Valle del Tietar)

Bueno, pues tras varios meses sin aportar nada (cierto es que tampoco habíamos hecho ninguna escapad) hoy ha sido el día.

En esta ocasión y para inagurar la temporada de escapadas, nos hemos dirigido hacia uno de los muchos pueblos que tiene la sierra de Ávila, La Adrada.

Aunque por unos momentos hemos dudado de que llegasemos a esta comarca, al final, después de comer  en Pelayos de la Presa, lo hemos conseguido. ¿A qué ha sido debido esta escala en el camino, de no mucho más de una hora? Pues a que hemos sufrido una de las plagas de nuestra era, LOS ATASCOS, CARAVANA DE COCHES. Pensábamos que no ibamos a sufrir este temido mal del siglo XXI pero estábamos equivocados. Al llegar al desvío de Aldea del Fresno hemos descubierto con horror cómo la carretera quedaba paralizada ante nosotros por una interminable fila de vehículos que buscaban el merecido descanso de la Semana Santa. Al llegar a Pelayos de la Presa hemos decidido hacer un descanso para comer y dejar desatacarse la concurrida carretera.

Tras hacer nuestra escala en Pelayos de la Presa (no nos vamos a referir a ella pues no hemos encontrado nada digno de mención) hemos decidido seguir adelante hacia nuestro destino orginal y, por fin, sobre las tres de la tarde, aparcábamos nuestro coche en el pueblo de la Adrada.




La Adrada, situada en pleno Valle del Tietar, es una comarca que se encuentra a unos 85 km. de Ávila. Su ubicación destaca por estar situada en un enclave rodeado de montañas, en la cara oriental de la sierra de Gredos. Lo que más hemos podido disfrutar, sobre todo para nuestro sentido de la vista, es la cantidad de verdor que aflora por todos lados,  una explosión de verde luminoso que debemos en gran parte a las lluvias que han caido durante el último mes,  que han provocado sin ninguna duda que semejante espectaculo se haya presentado ante nuestros ojos.

Castillo de La Adrada
Bordeando una pequeña colina y haciendo una mini escalada por uno de sus bosques hemos llegado a su castillo. No hemos podido conocer su interior pues sólo abre por la mañana y el atasco ha impedido que llegáramos a tiempo para la visita. Otrora estancia temporal de varios de nuestros historicos reyes, ahora es el centro de interpretación de la comarca de La Adrada. Se cree que el Castillo data de finales del siglo XIV y que se debió construir sobre otro más antiguo de origen romano.

Entrada de la Ermita
Al pasear por sus calles acompañados por ese entrañable olor a leña que alimenta el calor de los hogares de este pueblo, nos topamos con la Ermita de la Virgen de la Yedra. Su construcción comenzaría en el siglo XVI sobre unas ruinas cubiertas de hiedra, en el lugar en que,  según la tradición,  se apareció la virgen sobre un muro cubierto de hiedra.


Durante toda la jornada nos ha dado cobijo una nube negra que nos ha respetado en todo momento, no descargando su agua sobre nuestras cabezas.

El cielo que nos ha acompañado.


 

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