domingo, 2 de septiembre de 2012

Sierra de Gredos

Cuatro. Cuatro, son las oportunidades que he tenido, hasta ahora, de acercarme al corazón de la sierra de Gredos. Espero que en el futuro haya otras tantas.

Desvio de la carretera hacía la Plataforma
La diferencia que ha habido entre esta última y las anteriores es que en esta ocasión no he llegado a la laguna grande, me acompañanban mi hija pequeña, 5 añitos, y mi mujer, así que era complicado que llegáramos a dicho punto.

El recorrido total ida y vuelta es de unos 15 km. 5 horas más o menos, nosotros hicimos 1 hora, hasta el Refugio de los Llanos, unos 3 km en total. Para llegar hasta aquí nos desplazamos en coche hasta la plataforma, justo al final de carretera de Hoyos del Espino y, una vez aquí lo que nos queda es coger nuestras mochilas, un palo, y comenzar a subir por el camino empedrado que nos llevará hasta el primer refugio, donde llegamos nosotros. Si siguieramos llegaríamos al prado de las pozas, fuente de los Cavadores, alto de los Barretones para después llegar a la laguna grande y al refugio Elola, pero este tramo lo explicaremos en otra ocasión, cuando repitamos.

Como he comentado, nuestra ruta de senderimos ha sido muy corta pero intensa. Nada más llegar a la plataforma, en lo alto de una de las montañas divisamos un cabra montesa,  postrada como una estatuta, y su gesto parecía indicarnos el camino que debíamos de tomar. 

Muchos fueron los montañeros que, ataviados con sus equipaciones, nos encontramos por el camino. La mayoría de ellos nos saludaban al pasar, en una especie de compañerismo o solidaridad en el camino. Unos subían al igual que nosotros las empinadas cuestas, otros, las bajaban, señal inequivoca de que habían llegado a su destino y volvían. Otros, como nosotros, se quedaban sentados en alguna de las innumerables rocas que había a descansar y tomar un refrigerio y por suspuesto,  disfrutar de un entorno majestuoso que no hace otra cosa que hacer sentir al humano más pequeño de lo que ya es.......... 

Mientras escuchábamos el silencio  y disfrutábamos del entorno en las cercanías del primer refugio nuestros fuerzas se vieron recompensadas con la ingesta de un plátano y un agradecido trago de agua que nos reconfortó tras el agradable paseo y nos ayudó a afrontar con ganas y fuerza la bajada del camino.

La sensación final es que repetiremos y en la próxima intentaremos hacer un recorrido más largo.....
Quintius también vino con nosotros.

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