Hoy el día ha amanecido espléndido, con un sol radiante. Hemos bajado a desayunar y coger fuerzas para las visitas de hoy.
A 1.200 m. de altitud, en sierra Ministra, se encuentra Medinaceli, Occilis para los celtiberos, Mediolum para los romanos y Medinat Salim para los árabes.
El arco del la foto es una de las grandes obras conservadas, es el único en España de triple arcada. Dado que tenía que ser visto desde la vía que pasaba en dirección a Caesaraugusta (Zaragoza), sus dimensiones son enormes.
Con un pasado con tanta historia, en muy normal que mantenga joyas arquitectonicas a lo largo de su perímetro amurallado, como su arco romano del Siglo I, y más de 70 casas blasonadas. Sorprende también por su belleza la Magna Plaza Mayor donde podemos encontrar el palacio de los Medinaceli, con su escudo ducal derruido, y ahora reconvertido en museo. Es un pueblo tranquilo, muy tranquilo: Mientras caminábamos por sus calles tan sólo nos acompañaba el sonido de nuestros pasos sobre los adoquines de la calzada y el trino de los pájaros. La dueña del restaurante donde hemos comido se quejaba de falta de coches en la villa: Cosas del la crisis, pero qué placer para visitantes madrileños como nosotros, hastiados de asfalto y bocinazos.
La
puerta Árabe o puerta de la Villa es el acceso de poniente a Medinaceli, junto
a ella se establecian en numerosas ocasiones mercados dada la escasez de
grandes espacios dentro de la ciudad. Durante su vida ha sufrido numerosas
reformas lo que ha ocasionado que su aspecto actual no sea el original, la
última reforma data de 1.969.Su castillo de propiedad privada, fue terminado de construir por Pedro Hurtado de Mendoza, hijo del marques de Santillana.
El pueblo de Palazuelos es también conocido como la pequeña Ávila, su perimetro amurallado es de lo más interesante para el viajero que se adentre en la Ruta de Don Quijote.
De vuelta a
Siguenza nos hemos sentado en las tan codiciadas terrazas de los bares, cuando
los primeros rayos de sol primaverales surcan los cielos desde el espacio
para bañarnos con la luz y su calor. De tan a gusto que se estaba y por el
cansancio de la caminata hemos repetido consumición, queriendo alargar un
poquito más el merecido descanso. Después, las obligadas compras de los
souvenirs típicos de la zona en una tiendecilla con evocador nombre "Edad
Media".Mañana de regreso a la capital haremos parada en Mandayona, para encontrarnos con el Barranco del Río Dulce.
Bussoni.
Buen comienzo para que los futuros historiadores nos enganchemos al blog.
ResponderEliminarMuy bueno.
Ángel.