viernes, 27 de julio de 2012

Este de España

Bueno, bueno y bueno, por fin se ha hecho realidad una frase que suelo decir entre mis círculos cuando subimos a un coche y el estrés, cansancio o el día a día de la ciudad oficina nos llega a vencer. Quien lo lea lo entenderá: "No pares hasta que veas el mar".

El mar al fondo.
Pero antes de llegar al punto final de la frase, comentaremos los elementos que configuran el trayecto hasta llegar a "el mar" o "la mar".

Saliendo de Madrid, por la archifamosa autovía A-3 y a lo largo de casi 500 km hasta nuestro destino, el paisaje que nos encontraremos es bastante desolador. Los colores que nos acompañarán son el azul del cielo y el amarillo del suelo.

Durante nuestro trayecto además de la ya conocida silueta del toro y emulando al valle del Loira podemos encontrarnos hasta 3 castillos. El primero de ellos situado en la vecina provincia de Cuenca, nos encontramos el Castillo de Garcimuñoz, que data del Siglo XII.

 
Ya en la provincia de Albacete y al igual que la anterior, perteneciente a la comunidad autónoma de Castilla la Mancha, el siguiente castillo o fortaleza que nos encontramos se encuentra en lo alto de una colina en el pueblo de Chinchilla.
 

Este castillo es muy antiguo y entre sus cimientos romanos se han encontrado restos Godos, Árabes y Cristianos. Fue restaurado en el Siglo XV por el marqués de Villena.


Seguimos por la autovía del Este y con el mismo perfil.




Llegamos a la provincia de Alicante, perteneciente a la Comunidad Autónoma Valenciana, lo más destacado que nos encontramos aquí es nuestra ya amiga palmera que un año más nos saluda con las ramas abiertas.

El siguiente castillo que nos encontramos en nuestra ruta está situado en Petrer.


Originario del Siglo XII de origen musulmán su fábrica es de mazonería con sillería en las aristas de sus lados. Desde sus murallas se divisa el Valle del Vinalopó.

Lo último que nos encontramos antes de llegar al tan ansiado "mar", y que parece sacado del cañon del colorado son las colinas de Sax, también en Alicante.

 

Aunque como suele ser habitual una foto no le hace justicia.



Ya unos kilometros más adelante llegamos a nuestro destino, Guardamar del Segura, donde su mar es lo primero que nos abre las puertas y su ambiente nos recibe con un caluroso abrazo.


La historia continúa........



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